Epitafio de un mundo decadente
El mundo se torna cada
vez más peligroso, inestable e insostenible.
Las mentiras y las
verdades son juegos destructivos.
Existe una decadencia
visible de valores de todo tipo.
El hombre de carácter
irracional pone en peligro lo que con mucho sacrificio logró en tiempos
pasados.
Las ideologías juegan
en los mismos equipos logrando una metamorfosis espeluznante a la hora de tomar
decisiones radicales e inhumanas. La manipulación una de sus armas favoritas
para el control de sus adeptos.
La religión al
servicio de todos incluyendo a los que con poder, cuello blanco y corbatas
hacen uso de la fe de los más necesitados para sus propios intereses en el
nombre de Dios. La fe entre los seres humanos se quebranta, así como se
descuartiza un pollo para comer.
Las redes sociales y
las comunicaciones cibernética son campos de batallas dónde un arma va desde
una palabra, hasta un desafiante invisible hacker que le trunca los sueños de
acceso a los sentenciados.
Los medios de comunicación
(prensa, TV y Radio) buscando los ratings a través de noticias amarillistas,
espacios y personas mediocres (en su gran mayoría) que son considerados
personas influyentes en las redes sociales y que lejos de trasmitir mensajes
positivos y de crecimiento humano fomentan la distorsión de la lengua y los
valores cívico y morales. Estos influyentes se mueven por 2 motivos
fundamentales: La fama y el dinero.
Y hablando de los
valores y sentimientos humanos, cabe la pregunta: ¿Dónde se encuentran los mismos?
La experiencia vivida nos va demostrando que estos han quedado guardados en
libros inaccesibles y como son pocos los que gustamos leer, se hace más difícil
la tarea.
Se siente temblar la
tierra, como cuando tiembla nuestro cuerpo de escalofrió. Una sensación nada
agradable para los que piensan que gozan de buena salud.
Nos extraviamos. No
sabemos a ciencia cierta cuando comenzamos a perder el camino y mucho menos cuál
es el camino por seguir. Todo es confuso (sin alarmarnos demasiado),
desorientado e incongruente.
Nuestros ancestros si
hubiesen vivido en estos momentos hubiesen preferido estar muertos ante de ser
testigos de esta avalancha de locura generalizada que para algunos no sabemos
definir si forma parte de una pesadilla en tiempos de sueño o en tiempo real.
De esta forma algunos
vamos recolectando trozos de vidas e historias pasadas con vidas actuales y
tratando de preservar lo mejor de nuestra raza para que algún día en el futuro
alguien se encargue de rescatar los mismos y comprendan que fuimos nosotros los
encargados de construir y destruir lo que Dios nos regaló, haciendo uso del
libre albedrío que ha marcado la vida del ser humano en la tierra, unos para
bien otros para mal.
Tal vez esos trozos se
exhibirán en algún gran museo de ese entonces, ...en un mundo diferente al que
nos ha tocado vivir.
Escribió nuestro
Apóstol José Martí el 5 de marzo de 1887 en New York, en relación con la
Correspondencia particular del Partido Liberal de México:
"El Mundo
despierta una sed que sólo la muerte apaga".
Los exhortos para
reflexionar al respecto y ser cada día mejores seres humanos.
Ladagoval
13 de marzo del 2019