“Mucho ruido y pocas nueces”
Por
Lázaro Daniel (Ladagoval)
“En la viña del señor existe de todo”
– Eso decía mi padre cuando animaba materia.
Son
tiempos convulsos como cualquiera de los que nos han antecedido, creo que la
historia se repite con la diferencia de los actores protagónicos que son los
encargados de dar mayor o menor énfasis a sus actuaciones.
Con la
llegada a la Casa Blanca del Magnate Donald J. Trump el 20 de enero del 2017,
llegaron también una serie de sucesos, acontecimientos y momentos donde el
propio inquilino de la Casa Blanca se ha encargado de ponerle más sazones a
cada uno de los platos (en materia política) que se han puesto encima de la
mesa.
En 3 días
se estarán cumpliendo 5 meses exactos de ese evento que hasta el momento en su
gran mayoría el pueblo norteamericano no puede concebir como puede estar en las
manos de Trump el destino de millones de ciudadanos norteamericanos, incluso
del mundo entero.
Sin
tener que describir cada uno de los momentos que hemos tenido que ser testigos
en estos casi 5 meses de Presidencia, solamente me remitiré a mencionarlos sin
profundizar en los mismos. Podemos comenzar desde la misma toma de posesión,
pasando por los diferentes controversiales decretos presidenciales firmados, uno
de ellos cerrándole la entrada a los EUA a 6 países del medio oriente, decreto
que aún no ha podido ser realizable por la oposición de dos Jueces Federales, su
1era visita como Presidente a diferentes países comenzando Arabia Saudi, donde
logro un acuerdo de cerca de 110 mil millones de USD en vendas de armas (Una de
las ventas más grande que se tenga conocimiento desde la 2da guerra mundial),
su participación en la reunión del G-20, sus palabras, forma de conducirse con
el resto de los lideres mundiales, los shows públicos con la manera que llevan
su relación matrimonial con su esposa Melania, sus Twitters polémicos y su
enfrentamiento directo a los medios de comunicación, etc…y al día de hoy
existen dos investigaciones pendientes que analizan la filtración de
información sobre la intromisión de una potencia extranjera (Rusia), en la política
domestica del país y más en específico en las pasadas elecciones del 2016 que
trajeron la victoria al Sr. Trump y también se investiga si él ha obstruido a
la justicia cuando le “sugirió” al ex Director del FBI Comey que su asesor
Flynn era un buen tipo, que se debería cerrar ese capítulo para que no tuviera
mayor trascendencia, cosa a la cual interpretó Comey como que algo no estaba
bien con el mandatario. Una investigación es llevada a cabo por la Comisión de
Inteligencia del Senado y otra por el Procurador General Especial Robert
Muller.
Dentro
del actual ambiente se desenvuelve la vida cotidiana en este país. Poco se ha
podido lograr porque el presidente no sale de un escándalo y para entra en
otro. Muchos son los que desean ver al presidente fuera de la Casa Blanca, considerándolo
no apto para ocupar el cargo, además que ven en él un peligro serio para la
estabilidad de los estados unidos y del mundo.
Por
otra parte, sus seguidores que, a la última encuesta realizada en esta semana,
lo conforman un 35% aproximadamente frente a un 64% que no aprueban su gestión (posiblemente
uno de los niveles más bajos de aceptación a 5 meses de administración en toda
la historia de los Estados Unidos). Los Trumpistas como suelen llamar a los
mismos, tratan a toda costa de defender a su elegido con argumentos
repetitivos, sin lógica e intoxicados de un profundo odio racial, antinmigrante,
homofóbico, excluyente y xenofóbico, al estilo de Trump.
Una tensión
propicia para hacerle recordar a Trump que una comunidad fiel a su legado, que
le proporcionó los votos en tiempos de campaña en Miami , Florida, con la
esperanza de recibir a cambio sus demandas consistente en acabar de raíz con el
gobierno cubano, echando atrás todos los acuerdos e intercambios que se
pusieron de manifiesto bajo la administración que le antecedió, la cual desde
el 17 de Diciembre del 2014 hiciera una declaración
de establecer relaciones con la mayor de las Antillas después de 57 años de
hostilidad , distanciamiento y ruptura de una política que no avanzó, ni logró
su acometido, que era someter a Cuba a un férreo embargo económico (o bloqueo
como suelen decir en la Isla).
¿Quién
estaría interesado en proponerle a Trump impulsar estas medidas contra Cuba en
medio de tantos escándalos en su administración?
Comencemos
por las pretensiones de la administración de Obama que fueron dirigidas a
lograr enfriar las tensiones entre ambos gobiernos y dar paso a conversaciones
en las áreas económicas, intercambio de informaciones en cuanto a la lucha
contra el tráfico de Drogas, el intercambio entre académicos, intelectuales y
artistas de ambas orillas, eliminar las restricciones de los viajes a Cuba por
parte de Ciudadanos Norteamericanos, la entrada de la internet a Cuba, aceptar
operaciones económicas con diferentes compañías, el canje de prisioneros, la
entrega de la Base Naval de Guantánamo, retirar de la listas de OFAC a Cuba
como patrocinador del Terrorismo, conversaciones sobre materia del respeto a
los derechos humanos, retirar el Decreto -Ley Presidencial : Pies secos, pies
mojados y levantar el embargo en sentido general que tendría que ser aprobado por
el Congreso de los Estados Unidos. Cosa que no se pudo lograr.
A la
vista de muchos apreciaron todo esto como un paso de avance para que el pueblo
cubano fuera abriéndose al mundo, a la par que el mundo se estaba abriendo a
ellos. No faltaron los escépticos, los opuestos a la apertura de Obama en ambas
orillas. Los dos extremos difícilmente pueden llegar a ponerse de acuerdo, por
un lado, la parte ortodoxa de militantes del PCC en la isla y en la otra parte
de la orilla un exilio histórico intransigente que no se conforma por la manera
y la forma que la administración de Obama llevo dicha relación.
Por
otro lado, en la otra orilla los llamados “disidentes” reciben
una ayuda financiera mensual, contrario a la mayoría del pueblo de a pie que no
cuentan con la misma suerte, de igual manera ellos obedecen o responden a las
orientaciones de quienes lo financian y apoyan desde el exilio, por lógica van
hablar el mismo idioma y van a declarar que Obama estaba dándole respiro
(Oxigeno) al gobierno cubano, cuando realmente lo que se debería es cerrar cualquier
tipo de contacto o relación con estos.
Entre
intereses personales y económicos en ambos lados de la orilla, el actual presidente
pensando tal vez escucho algún consejo o propuesta de alguien a quien considera
“un gran competidor” y quien ha sido férreo opositor y critico a las medidas de
Obama, y cree que va contar con el apoyo de ese exilio histórico.
Dentro
de tantos revuelos se llega el pasado viernes 16 de Junio a Miami y lanza su discurso
en el Teatro Artimes, ubicado en la pequeña Habana, frente a un grupo limitado
de simpatizantes organizados por los Congresistas y legisladores Republicano
entre ellos :Marcos Rubio, Mario Diaz-Balart, y Carlos Curvelo entre otros
representantes estatales del estado Florida, su cabeza el Gobernador Rick Scott
(que en este último caso de boca del mismo Presidente se conoció que está preparándose
para lanzarse a Senador ), así como líderes de organizaciones de extrema
derecha del exilio histórico.
Según Trump
en su discurso de pocos minutos, expreso: “Lograremos una Cuba libre” y para
ello firmo un decreto de varios puntos para endurecer la política de Washington
hacia la Habana y revertir parte del esfuerzo logrado bajo la administración de
Obama. Entre las medidas a tomar menciono:
Reducir
las actividades económicas de Estados Unidos, incluidas las relacionadas con el
turismo, con el conglomerado militar cubano Grupo de Administración Empresarial
(GAESA).
Permitir
a los ciudadanos y entidades estadounidenses que desarrollen lazos económicos
con el sector privado y emergente de Cuba.
Reforzar
las restricciones de viaje para los estadounidenses que quieran visitar la isla.
Prohibir
los viajes individuales de estadounidenses bajo la categoría "people to
people" ("persona a persona"), que había permitido el gobierno
de Barack Obama.
Los
cubanos radicados en EE.UU. podrán seguir enviando remesas y visitar a sus
familiares en la isla.
Continuar
el bloqueo económico impuesto a la isla hace más de 50 años
Un
discurso bastante repetitivo y ambiguo a la vista de algunos medios que
difundieron el mismo.
La
respuesta de la habana no se hizo esperar: "Una estrategia injerencista está
condenada al fracaso".
La
Habana asegura que el presidente estadounidense ha estado otra vez "mal
asesorado", al tomar decisiones que favorecen los intereses políticos
de una "minoría extremista" de origen cubano residente en el
estado de Florida, que por "motivaciones mezquinas no desiste de
su pretensión de castigar a Cuba y a su pueblo".
Marcos
Rubio es el personaje ideal que puede estar detrás de todo este show.
Cabe
preguntarnos: ¿Hasta dónde todo esto puede llegar ser cierto o no? ¿Que existe detrás
de la fachada?
El
pasado 6 de marzo del 2017 el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez
Parrilla y la directora y Sub director general de la Relaciones con Estados
Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferreiro y Machín
Gómez, recibieron en la capital cubana a una Delegación de Legisladores
Republicanos compuesta por Tom Emmer y Jason Lewis por Minnesota, Roger
Marshall de Kansas, James Comer de Kentucky y Jack Bergman de Michigan (Foto a
la derecha).
Trump
deja bien claro que las Embajadas entre ambos países no se van a retirar.
Que todos
los cambios que está proponiendo se irán implementando poco a poco.
Es
obvio que Putin y Trump tienen una relación X que podremos conocer en la medida
que avancen las investigaciones. Putin es amigo de la Habana.
Marcos
Rubio se encuentra en la Comisión de Inteligencia del Senado, la misma que está
cuestionando a la administración Trump. Su ambición desmedida por el poder lo
llega a caer en las mayores bajezas nunca ante vista. Para Rubio es importante
tener la credibilidad en Florida para su futuro lanzamiento a la Presidencia,
no quedando bien parado después del fracaso sufrido en las pasadas elecciones
donde no recibió el voto necesario de su propio Partido quien prefirió apostar por Trump. ¿Hasta dónde pudiera existir algún pago de favor entre Trump y
Rubio? Trump lo ayudaría con un viaje a Miami, para tratar de regalar unas
promesas de campaña a un exilio intransigente que ha sido renegado con
anteriores administraciones y que esperan el pago por el voto regalado a su
candidato predilecto, hoy ya presidente. Rubio pudiera ayudar a influir en los demás miembros
de la Comisión de Inteligencia del Senado que investigan toda la saga antes contada,
para minimizar las torpezas de su “Amigo” Trump.
Creo
que ni el propio gobierno en la habana puede creer en el juego que están metidos.
Al
final la visita y las promesas de Trump fueron como dice el refrán: “Mucho
ruido y pocas nueces”.
En los
futuros meses sabremos en realidad a que obedece todo este show que lejos de poder
ayudar a un pueblo sufrido, necesitado de paz, tranquilidad y felicidad los
condenan a un futuro inseguro.
17 de Junio
del 2017
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