PAPAS
BUENAS Y MALAS
Cuando pequeño pasaba parte de mis
vacaciones en Florida, Camagüey en casa de mi querida y adorada difunta abuela
Amada, recuerdo que el arroz, y las hortalizas, se la traían por saco al patio
de su casa. Un día me pide mi abuelita un favor, Daniel necesito me ayudes a
sacar de este saco de papas, las papas malas, yo curioso, pequeño aun, no
comprendía muy bien a qué se refería mi abuelita. Ella se percato que me quede
en ascuas, entonces esa mulatona (mi abuelita) que media más de 6 pies tomo el
saco en sus manos lo voltio encima de un nylon y todas las papas cayeron
rodando… tomo una papa magullada y en estado de descomposición y me señalo: “esta
papa hay que sacarla para que el resto que están buenas no se echen a perder”. Comprendí
al momento la tarea que me mandaba hacer mi hermosa abuelita.
Con el pasar de los años y después de
la muerte de mi abuelita (Junio 29 de 1993) comencé a tener sueños con la casa
de mi abuelita y en los sueños veo los sacos de papas y también como se separan
las papas buenas de las malas. Un mensaje claro me trasmite mi abuelita del más
allá: “Aparta todo lo que te pueda causar daño en tu vida”, ya adulto
he venido a comprender esta lección o enseñanza.
Nos cuesta trabajo en ocasiones poder
comprender o llevar a nuestras vidas enseñanzas que nos pueden ayudar a
continuar el camino que nos hemos trazado.
Nunca es tarde para comenzar.
La familia es imposible escogerla,
porque llegan a tu vida como un regalo (o no para algunos). Los amigos en
cambio son un tema de selección y opción de nuestra parte. Somos los máximos y
únicos responsables de ello. Nuestros logros, aciertos, desaciertos…en la
relación con estos es el resultado de la buena, mala o regular selección que
hemos realizado. Los amigo no se venden no se compran, no se subastan. Los
amigos lloran y te dan la mano cuando más lo necesitamos, no critican sin
buscar soluciones a cambio, no te ridiculizan en público, ni te tratan de menos
cavar, por todo lo contrario los amigos cuando estamos ausente y en público se
dice, se manifiestan o si se expresan contrario a nuestra persona,
ellos son nuestras caras, nuestros sentimientos, nuestros abrigos, nuestro
escudo protector. A un amigo no se le enseña el respeto, el amigo llega con el
respeto, no se le indica cómo debe o no actuar (no son nuestros hijos) , ellos
saben cómo actuar, la química, el respeto, la comprensión, el sentido de
fidelidad , de lealtad, el sentido común y un gran corazón forman a un buen
amigo.
Hoy nuevamente mi abuela vino en
sueños, ella sabe desde donde se encuentre que aun a mis 45 años, por tener
unos sentimientos limpios, por no cargar con odios ni rencores en mi alma, aun
sigo llevando sobre mi hombro a personas que se han vendido como mis amigos y
que en realidad no lo son.
Los falsos amigos hay que apartarlos
de los buenos amigos porque son capaces de minar el camino de
obstáculos, intrigas, mentiras y divisiones a través de sus malas
intenciones, sus envidias, sus egoísmos y egocentrismos. De no separarlos, es
muy probable que seamos el centro de atención y victimas de injurias,
acusaciones, mentiras e intrigas y con ellos nuestras vidas, integridad moral,
puesta en tela de juicio como parte de una venganza atroz y descomunal de los
falsos amigos.
Ser vigilante de esto, no cuesta
dinero alguno. La solución está en nuestras manos. Es preferible ponerse rojo
una vez que no rosadito 100 veces. Por ello es mejor separar a tiempo a las
papas malas del saco para que no contaminen a las buenas.
Es solo un consejo que nos envía mi
abuelita del más allá y que por lógica, al menos yo debo de acabar de tomar.
Detectar el cáncer a tiempo es posible
que tiene solución, dejarlo que se desarrolle sería fatal para nuestras vidas.
Creo que a mejor entendedor, con pocas
palabras bastan.
Lázaro Daniel González Valdés
Director –Miami
Prensamérica Internacional
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