MORIRÉ DANDO LUZ…
Viejo, mi querido viejo...
Han pasado 2 años, de aquella terrible noticia que hizo
enlutar las almas de tus hijos, nuestra madre, tus nietos, hermanas, sobrinos y
de todos aquellos que te conocían bien.
Aun no concibo, ni puedo acostumbrarme a la idea de que
partiste. No nos consultaste cuando nacimos. Tampoco nos consultaste para
partir de este mundo. Nos entregaste la vida en complicidad con nuestra madre.
Nos impusiste tu amor, tu cariño, nos llenaste de tantas cosas bellas y
hermosas que ni el tiempo podrán borrarla de nuestras mentes, ni de nuestros
corazones. Los años fueron transcurriendo y con ellos todos íbamos
envejeciendo, tu ibas delante de nosotros marcando el camino, guiándonos por
terrenos desconocidos no solo para nosotros, también para ti.
Nos enseñaste tus sabias respuestas y salidas a los problemas
para sobrevivir en un mundo que tal vez no fue creado para ti. Tu siempre
estabas en sentimientos por encima de todo ello. De ti aprendimos todo lo bueno
y todo lo malo. Heredamos los miedos que cegaron los últimos días de tu
existencia. Ese miedo te lo alimento todo lo que te rodeaba, todo lo que
pisabas, todos aquellos que de alguna forma cooperaron a que se te acrecentaran
los mismo. Con ese miedo crecimos todos, nos educamos todos, nos formamos
todos.
Hoy no se dónde
quedaron esos miedos. Al menos en mi desaparecieron cuando tome la sabia
decisión de salir de ese círculo vicioso, de esa enajenación que te enloqueció,
que se adueñó de tu existencia.
Me imagino que con tu exhumación no sean solo los huesos que
sostuvieron tu pesado cuerpo, ese hermoso cuerpo que tanto abrase, ese cansado
cuerpo que sostuve en mis manos y que colme de besos y cariños, cada vez que
nos encontrábamos, espero que también sean exhumados y desaparezcan las huellas
del dolor, de los miedos que se apoderaron de ti.
No estaré presente físicamente para levantar tus huesos de las
fosas que te sirvió de aposento por estos dos años. Tampoco lo estuve para
cuidarte en el Hospital, ni para velarte y menos para enterrarte. Ese fue el
regalo que me entrego el destino. Sufrir en la distancia.
Es posible que mi corazón se va consumiendo en un dolor
interminable, no se cuánto podrá durar todo esto, espero vivir lo suficiente
para continuar con la misión espiritual que me han confiado, solo pido algo y espero
seas el interlocutor y lo trasmitas al ser superior, deseo que cuando llegue mi
momento tal como abuela vino a buscarte, vengas por mí, yo estaré feliz de que
así sea y junto recorreremos ese mundo ultratumba desconocido para nosotros los
que animamos materia.
No tomes mis letras con tristeza tómalas como yo las siento.
Con un inmenso amor y un agradable recuerdo por lo que siempre fuiste y
representaste para todos nosotros.
Te compre tus flores blancas y tu girasol tal como te
gustaba, la vela estuvo presente y mis oraciones no faltaron.
Gracias por el regalo que recibí hoy. Estoy seguro de que tus
manos están involucradas en ello. Espero contar siempre contigo.
Pudiera llenar de muchas letras bellas esta carta, pero no
deseo que ocupes tu valioso tiempo solamente en mí, deseo que le preste
atención a mi madre a tus nietos, al resto de tus hijos que también necesitan
de tu presencia, de tu ayuda espiritual.
No me despido de ti porque estas acá con nosotros.
No deseaba que pasara este día por alto. Marcaste tantas
pautas en nuestras vidas, nos dejaste con tu marca y hoy es muy difícil
borrarlas o que desaparezcan.
Sabes viejo. Nuestro apóstol José Martí escribió sobre la
muerte y acá te dejo alguna de sus reflexiones al respecto:
...¨No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber
sido un hombre de todos los tiempos o un hombre de su tiempo¨…
...¨La vida humana no es toda la vida. La tumba es vía y no
término¨...¨
....¨La muerte da jefes, la muerte da lecciones y ejemplos,
la muerte nos lleva el dedo sobre el libro de la vida¨... ¨
Por último, viejo, termino mi carta tal como Martí
reflexiono:
…“Moriré dando luz“.. Así moriste tú, dando luz a todos
nosotros, así deseo morir yo, dando luz.
Te Amo.
Lázaro Daniel
29 de Julio del 2011